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¡Dios hoy te va a bendecir! Quizás te cuesta apartar tiempo para recibir su palabra. ¿Te sucede a menudo? Cuando quieres venir a la casa de Dios la cosa se pone complicada y es porque el diablo se la ve venir. Cuando mayor es la oposición, mayor es la posibilidad de bendición. Hay un pasaje dela Bibliaque está en Hechos capítulo 19 que relata el tiempo en que el apóstol Pablo fue a predicar la palabra de Dios a la ciudad de Efeso; leamos desde el primer versículo:
“1Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, 2les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 3Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. 4Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. 5Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban”.
Y yo me pregunto hoy, ¿tú has oído que hay Espíritu Santo? Porque los creyentes, en vez de buscar respuestas a nuestras preguntas, debemos buscar el Espíritu Santo. ¡Debemos anhelar el Espíritu Santo! Jesús prometió que cuando él ascendiera al cielo, iba a enviar sobre nosotros el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios para que estuviera siempre con nosotros y para que nos alumbrara, nos enseñara y nos guiara a toda verdad. La Bibliale llama el Espíritu de verdad. Quien no conoce la verdad vive en tinieblas; Jesús dijo que el que anda en tinieblas no sabe a donde va y luego añadió: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” y después de haber dicho eso, también dijo: “Yo soy la Luz del mundo”. La verdad alumbra nuestro camino, ¡la verdad es la luz! Y cuando no está la verdad sobre nosotros, estamos en tinieblas. “De noche todos los gatos son pardos”, dice un viejo dicho; cuando se está en oscuridad, no se puede distinguir lo que es correcto de lo que es incorrecto. Cuando uno va por la ruta, el momento más peligroso es cuando baja la luz, porque los ojos que no están acostumbrados a la oscuridad, comienzan a ver todo más o menos del mismo color, se empieza a ver todo difusamente y así sucede en el mundo espiritual. Dentro nuestro combaten dos niveles de vida, el almático y espiritual. Nuestra alma está en tinieblas a menos que alumbre el Espíritu de Dios; todos nuestros razonamientos son vanos, a menos que los alumbre el Espíritu de Dios. La Biblia dice que el Espíritu Santo es el espíritu de verdad y el que nos guía a toda verdad. Nuestra mente nunca esta vacía, hay espíritu en ella; de las palabras que recibimos, que llegan a nosotros, recibimos también espíritu. Hay personas a quienes se les ha dicho determinadas cosas en su niñez o adolescencia y han quedado marcados para toda la vida porque junto con esa palabra que se les dio, entró un espíritu. Todos nosotros tenemos cosas que nos han venido a través de palabras y han marcado nuestra existencia sean buenas o sean malas. Yo he predicado muchas veces diciendo que hay espíritu en las palabras que recibimos, porque siempre hay intención en las palabras que se emiten; las palabras no son neutras, tienen intención y cuando decimos eso, nos referimos a que son dirigidas por una mentalidad, por un poder. Por eso la Biblia nos dice que tenemos que renovar el espíritu de nuestra mente. ¿Por qué? Porque continuamente están entrando cosas a nuestra mente; la pedagogía moderna dice que aprendemos más por lo que se ve que por lo que se oye. Pero yo creo que se aprende más por lo que se oye que por lo que se ve. No he desarrollado una teoría pero conozco la palabra de Dios; Jesús no nos enseñó ni con dibujitos ni con pinturas, sino que dijo: “haced que os penetren bien estas palabras”. Si bien lo visible tiene mucha influencia, Dios hace énfasis en la palabra. Su poder está en su palabra, entonces hay una lucha dentro de nosotros, que es la lucha entre la vida anímica o almática, y la vida espiritual; el alma se resiste a ponerse bajo la autoridad del Espíritu Santo, en ella está nuestro yo, nuestro ego. A nuestra alma le cuesta doblegarse, pero en ella no hay luz a menos que esté bajo la autoridad del Espíritu Santo. Es importante que los creyentes aprendan a entender las cosas que Dios quiere enseñar, no escuchar distraídamente, por eso el Señor decía reiteradamente cuando enseñaba algo: “el que tiene oídos para oír, oiga”. Seguramente ya conocen la parábola del sembrador: Cuando uno no oye atentamente la palabra de Dios que ha sido sembrada en el corazón, vienen las aves del cielo, que son los demonios, y la arrebatan.
Lo que Dios quiere decirte es que hay una vida de poder para ti, que no tienes que pedirla prestada, que no necesitas tanta ayuda humana, que el Espíritu Santo te puede guiar a toda verdad, puede producir en ti obras grandiosas y puede iluminar tu vida. Hay dos cosas que son importantes, la numero uno es que después de haber confesado nuestros pecados y haber recibido vida eterna, lo más importante es estar alimentados continuamente por el Espíritu. Hay en nosotros un nacimiento espiritual que se produce el día que le decimos sí a Jesús; ese día se produce algo maravilloso, la naturaleza de Dios es engendrada en nosotros y se nos da la potestad de ser hechos hijos del Dios viviente, pero no es suficiente nacer, no es suficiente que venga un hijo al mundo, ¡ese hijo debe ser alimentado!…y la comida debe ser la adecuada. No es suficiente haber nacido, es necesario ser alimentado y crecer. Del mismo modo, la vida espiritual necesita alimento y el que suministra el alimento espiritual es el Espíritu Santo; todo lo que es nacido de la carne, carne es, y todo lo que es nacido del espíritu, espíritu es. Pensemos en una pila o una batería, ambas necesitan ser alimentadas. ¿Qué le vamos a dar? ¿La mamadera? ¡No! Es necesario darle energía eléctrica la cual se acumula en el interior de ellas. No podemos alimentar a un animal con cualquier comida, sino con lo que corresponde y es conveniente.
Yo tengo unos parientes de mi esposa que viven en el campo y hacen unos jamones de cerdo maravillosos. Recientemente hicimos jamones en nuestros centros comunitarios Beraca pero pasado un tiempo, se pudrieron todos, ¡no sirvieron! ¡Tenían un gusto horrible! Pero luego descubrimos que la calidad del jamón depende de la alimentación del cerdo. Nosotros alimentamos a los cerdos con cualquier porquería que encontremos, y este pariente mío me dijo: “A mí nunca se me echaron a perder los jamones, pero yo le doy maíz y no cualquier cosa”. Es verdad que los cerdos se pueden criar con cualquier porquería hasta le dicen el “digestor biológico”, tú le tiras una gallina muerta y se la comen, ¡comen lo que les tiras! Pero no te creas que la carne va a ser la misma que si comieran buena comida; del mismo modo, tú te crees grande y fuerte y por tanto crees que por ello no te va a afectar la pornografía. ¡Aliméntate con pornografía y vas a ser un desgraciado y un infeliz! Porque eres el producto de lo que te alimentas. Entonces, hay una vida espiritual y una vida anímica o almática; Dios ha condenado todo fruto y toda cosa que se origina en el alma, El no quiere nada de lo que el hombre pueda producir, porque lo que es nacido de la carne, carne es, y a Dios no le podemos ofrecer los frutos de la carne, ni nada que provenga del hombre. Nuestra redención consiste en la posibilidad que Dios nos da el derecho de ser hechos sus hijos por medio de un nuevo nacimiento, una regeneración conforme a su naturaleza, para que la plantita nueva del espíritu produzca los frutos del Espíritu y para que esa vida sea alimentada por medio del alimento que viene del Espíritu. Por eso dice el apóstol Pablo, “no se dejen de embromar con las filosofías humanas y huecas sutilezas”. Hay cosas que parecen muy agudas, muy razonables, pero el apóstol Pablo decía, “yo vine a ustedes con temor y temblor y no buscando palabras rebuscadas de humanas sabiduría sino que vine a ustedes con palabras que demostraban el poder de Dios” y añadió, “yo voy a ir allá a ver que es lo que hablan los que les están predicando el evangelio porque quiero ver el poder de esos que hablan. Es muy fácil y es muy lindo hablar, pero lo importante es el contenido que tiene lo que hablamos”.
En Éfeso había siete hijos de un sacerdote llamado Esceva que intentaron liberar a los endemoniados diciendo: “Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo”, y dice la Bibliaque los demonios saltando sobre ellos les contestaron: “A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?” ¡Y tuvieron que huir desnudos! La vida espiritual es una vida de un nivel y una naturaleza superior. ¡El pecado es real! El mundo se te ríe del pecado, no quiere ni usar esa palabra, algunos le llaman “síndrome”, “opción sexual” o “necesidad biológica”, como ocurre con las relaciones sexuales. Últimamente nuestros legisladores quieren catalogar de “derechos fundamentales” a los que actualmente llaman “derechos sexuales y reproductivos”; es que la mente humana piensa de una manera y la mente de Dios piensa de otra. Dicela Biblia que los designios de la carne no pueden sujetarse a la ley de Dios y son contra el espíritu, jamás se van a poner de acuerdo. “Lo que es nacido de la cerne, carne es y lo que es nacido del espíritu es”.
Hay una cosa que los creyentes ignoramos: ¡Lo que necesitamos es la llenura del Espíritu Santo! Parece que hay distintos niveles en los que el Espíritu Santo se puede manifestar en nosotros.La Bibliadice que el Espíritu Santo no es dado por medida, pero en cuanto a la libertad que Él tiene para moverse en nuestras vidas, el apóstol Pablo habla de un nivel al que le llama “plenitud” o “llenura del Espíritu Santo”.
Esta mañana estábamos orando para que la gente sea llena del Espíritu Santo y llegué a una chica que estaba dura; le puse la mano sobre su cabeza y pareciera que ponía la mano en una madera. Le digo: “¿Qué te sucedes que no recibes el Espíritu Santo?” Me contesta: “Pastor, tengo muchos problemas en mi casa” ¡Pero estamos aquí para que seas llena del Espíritu Santo! ¿No sabias que si eres llena del Espíritu Santo, Él te dará una salida? ¡Dios te dará luz! ¡Deja de lado los problemas! Así que decidió dejar de lado sus problemas familiares y entendió que era muy importante ser llena del Espíritu Santo. Oré por ella y al rato me la encuentro radiante y sonriente. ¡Ahora se iba con otra cara a resolver sus problemas familiares!
¿No será que tú vienes con muchos problemas a la iglesia y lo que menos te importa es ser lleno del Espíritu Santo? ¿No será que si te llena el Espíritu Santo vas a tener otro pensamiento y otro poder? Dicela Bibliaque milagros extraordinarios eran hechos por medio de Pablo; las enfermedades huían de las personas y los demonios salían dando alaridos. ¿Por qué? ¡Porque Pablo estaba lleno del Espíritu Santo! No es lo mismo que tú digas la palabrita a que la diga el Espíritu Santo. ¡Lo que necesita la iglesia es liberar el poder del Espíritu Santo! Las cosas se vuelven más sencillas y los problemas se resuelven más fáciles cuando el creyente está lleno del Espíritu Santo. Si no lo está, anda pensando: ¿Cómo va a hacer Dios para resolverle el problema? ¡Pero al creyente lleno del Espíritu le importa un bledo como lo va a hacer, ¡sabe que lo va a hacer! Hay un hermano de la iglesia que llegó a mí con la cara triste, diciéndome: “Pastor, me han encontrado un cáncer. ¡Ora por mi para que pueda hacerme un trasplante de hígado”. En la iglesia hay una hermana que trabaja en el Banco Nacional de Órganos, así que la contacté con ella y le dije que le hablara de mi parte. Esta hermana a su vez la contactó con una señora de alto rango en dicha organización, quien le preguntó qué tamaño tenía el cáncer. “Tiene seis centímetros de diámetro”, le contestó el hermano. La respuesta que recibió fue: “¡Ya ha de tener ramificaciones por todo el cuerpo, ¡usted no tiene más de tres meses de vida!” ¡Se lo dijo por teléfono! Este hermano volvió a su casa, se humilló delante de Dios y oró pidiéndole que ponga su mano sobre su cuerpo. A los pocos días se empezó a sentir bien; se hace nuevos estudios y no le encuentran raíces por ningún lado. ¿Qué hizo? ¡Dios le sanó! ¡Gloria a Dios!
¡El alma no puede producir nada de eso! ¡Sólo ocurre por el poder del Espíritu Santo! También recientemente un hermano se me acercó y me dijo: “Antes que termine este culto quiero dar testimonio de mi sanidad, porque no quiero ser como los diez leprosos, que no vinieron a dar gracias. Quiero darle gracias a Dios porque yo vine a esta iglesia con SIDA y el pastor Márquez oró por mí, ¡y estoy sano! ¡Aquí tengo los papeles!” ¡Lo que necesitamos es ver las obras del Espíritu! El Espíritu Santo tiene poder sobre toda manifestación diabólica, sobre toda dolencia, sobre todo mal espíritu… ¡Eso es lo lindo!
En el pasaje que leímos al comienzo, el apóstol Pablo pregunta a unos que habían creído en Jesús: “¿Recibieron el Espíritu Santo?” Le contestaron: “¿Qué Espíritu? ¡Ni siquiera sabemos que hay Espíritu Santo! Creímos y nos bautizaron en el bautismo de Juan”. Entonces les predicaron bien el evangelio y los bautizaron en aguas en el nombre de Jesús; después de esto, el apóstol Pablo dice: “esperen pues necesitan otro bautismo más”. Y les puso las manos encima y oró por ellos y el Espíritu Santo vino sobre ellos y comenzaron hablar en lenguas y a profetizar”. ¡Y fueron las primeras doce personas que se convirtieron en la ciudad de Efeso! Efeso era un centro mundial de brujería, de idolatría, tenia un templo que ha sido considerado unas de las siete maravillas del mundo, el templo de la diosa Diana, pero ahí se desarrolló una obra poderosa porque hubo gente que no solamente creyó en Cristo y fue bautizada en agua, sino que también fue llena del Espíritu Santo.
Tu avidez no tiene que ser el escuchar más palabra sino estar más lleno del Espíritu Santo, estar más lleno del Espíritu de la palabra. Señor, quiero abrir no solamente mis oídos sino mi corazón, que mientras mis oídos están escuchando esta palabra, tu Espíritu esté llenando mi vida. ¡Yo quiero ser lleno del Espíritu Santo! ¡Anhelo vivir una vida de poder! A veces tenemos más ganas de que Dios venga y nos solucione los problemas que de estar llenos del Espíritu Santo y solucionarlos nosotros. ¿Para qué Dios quiere llenarnos de su Espíritu Santo? Para que tengamos el privilegio, el gozo y el honor de vivir una vida de poder como la de él. Siempre estamos queriendo que Dios haga algo, ¡pero Él está deseando llenarte de su Espíritu Santo! El no quiere hacer la obra sin ti sino hacer la obra a través de ti y para hacer su obra, Dios necesita personas llenas del Espíritu Santo. ¡El lo hará, pero a través de ti! ¿Tienes problemas económicos? ¡Eso no es importante! ¿Tienes problemas matrimoniales? ¡Eso no es importante! ¿Tienes un cáncer, SIDA, leucemia o alguna enfermedad complicada? ¡Eso no es importante! ¿Tienes algún pariente que le gusta el vino y que se emborracha todas las semanas? ¡Eso no es importante! ¡Eso no puede ser el centro de tu atención! Ese no es el problema más grande… el problema más grande que tienes, es no estar lleno del Espíritu Santo. ¿Qué hay difícil para Dios? ¿Qué hay que Dios no pueda hacer? ¡Nada! ¡El problema más grande es no estar lleno del Espíritu de poder! Generalmente vemos a los problemas, vemos a nuestros “Goliat” y nos asustamos, nos preocupamos y decimos: ¿Por qué Dios no lo mata? ¿Por qué Dios no hace algo? Pero Dios nos dice: “Toma una piedra y tírasela en el nombre de Jehová de los ejércitos. ¡Destrúyelo en mi nombre!” Todo el ejército de Saúl miraba a Goliat, pero David decía: “¿quién se cree que es? ¡Este no es nada!” ¡Tu problema más grande no es nada en las manos de Dios! ¿Qué puede hacer un Goliat al lado de un David que cree en Dios? ¡Nada! El problema que tienes no es lo más importante, sino el estar lleno del Espíritu Santo.
¡Cuántas veces has venido a la iglesia afligido, perseguido por algún problema y has considerado que el problema que te aqueja es tu verdadero problema, mas yo he venido a decirte de parte del Señor que tu problema no es el problema, sino que la falta de llenura del Espíritu Santo es tu problema más serio. Mi pregunta hoy es: ¿Cuando creíste recibiste la llenura del Espíritu Santo? ¡Eso es lo importante! ¡Hoy es tu oportunidad para que seas lleno del Espíritu Santo! Invoca el Espíritu Santo sobre tu vida.
Si lo anhelas, haz esta oración ahora mismo: “¡Espíritu Santo ven y lléname! ¡Invoco tu nombre sobre mi vida, que sea llena del Espíritu Santo, que reciba lenguas nuevas, que sea renovado en el Espíritu de Dios. ¡Lléname Señor!! ¡Bautízame con tu Espíritu Santo!
Reconozco Señor, que mi problema no es nada. Deshace toda maldición del infierno en mi familia, en mi matrimonio…
Declaro que el problema que tengo no es nada en tus manos, Señor, tú eres el que haces milagros y maravillas. ¡Lo confieso! ¡No es nada! Creo que tú me llenas, y que con tú poder, derribaré mi Goliat. En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.
ANEXOS: