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Una de las cosas que más me llamó la atención en una gira por el interior del Uruguay que hice con el Apóstol Rony Cháves, es que aproximadamente en un 98% de las plazas de las ciudades hay una estatua del Gral Artigas. Hay testimonios de la grandeza de este héroe, quien es reconocido en todas partes; no cabe dudas que en este país el más reconocido es José Gervasio Artigas. Aun se le dicen cosas a Artigas, como por ejemplo, “Padre nuestro Artigas, Señor de nuestra tierra, para el mundo un genio y para la patria un dios”; Artigas le dio contenido a la patria porque no solamente fue un luchador sino que fue un ideólogo. Pero cuando pienso en Jesús, no hay monumentos que digan: “Al Señor de la R.O.U., Jesucristo de Nazareth”. Es notable que en Uruguay muchos personajes tienen sus estatuas, es notable el humanismo, pero no hay honra a Jesús de Nazareth, el Rey de Reyes y Señor de Señores.
Sin embargo, en Mateo 28:18 dice Jesús: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
Todo aquel que no quiera honrar a Jesús en la tierra, lo tendrá que honrar arriba. Dice la Biblia en Filipenses 2:9: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. ¡Nadie le robará la gloria a Jesús!
¿Con quién está Jesús todos los días hasta el fin del mundo? Con aquellos que hacen discípulos en todas las naciones, los bautizan en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y les enseñan todas las cosas que él les ha mandado. No creas que Jesús está contigo si no le obedeces. ¿Tu estás dedicado a lo que Jesús ha ordenado que hagas? Es tu tarea hacer discípulos y el que nos envía nos dio sus credenciales diciendo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, por tanto, hagan lo que les pido y he aquí yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. Dios no dijo: “Encárgate de tu trabajo, de tus planes, de tu trabajo, de tus proyectos y estaré contigo…” sino que él dijo: “¡Haz lo que yo te digo y estaré contigo!”
Es necesario que vislumbremos la gloria y la grandeza de este Dios. Jesús me ha enviado para que si alguien tiene el corazón listo y dispuesto, pueda recibir Su vida y sea transformado y tenga un nuevo nacimiento siendo así, una nueva criatura. Jesús nos ha hecho una promesa: Si creemos en Él, El pone una nueva vida en nosotros, no una vida conforme a un genoma humano, sino concebida por el Espíritu Santo. Sólo aquellos que creen, se bautizan y le obedecen tienen el honor y el privilegio de ser hechos hijos de Dios, de tal manera que tienen una nueva naturaleza dentro, no todos pueden ver esa nueva naturaleza, ¡pero allí está! Dice la Biblia que tenemos un tesoro que está en vasos de barro, en realidad, nuestro cuerpo es barro mezclado en las proporciones correctas. Aquellos que creen en Jesús son transformados y tienen vida de tal manera que dentro de ellos, dentro de esa vasija de barro, él pone su vida, su naturaleza divina, y cuando mueran, serán transformados con una vida semejante a la vida de Cristo resucitado. ¡Porque tal cual es Cristo, tal cual seremos nosotros! Esta es nuestra esperanza, nuestra fe y Dios nos ha mandado a predicar: Que en Jesús hay perdón de pecados, hay salvación y vida eterna. ¡Ese es el mensaje que el mundo necesita!
Conocer a Jesús no es conocer un dato histórico, muchos opinaban diferentes cosas acerca de Jesús; algunos creían que era un profeta, otros Elías, por lo que Jesús le preguntó a sus discípulos: “¿Y ustedes quién dicen que soy yo?” En ese instante, Pedro tuvo revelación porque el conocimiento de Cristo viene por revelación de Dios, y dijo: “Tu eres el Cristo, el hijo del Dios viviente”. Aquellos que están siendo llamados por Dios, ya están sintiendo el golpe del Espíritu Santo en el pecho que les dice: “Tú eres un escogido”. Dios llama y golpea en la puerta de los corazones.
El debe ser conocido en su majestad, en su gloria, debemos saber quién es El; no estamos ofreciendo a Jesús en un remate, él no está en liquidación, él es el Señor de Señores y es el Rey de Reyes. Hemos leído en Filipenses 2:9 que Dios le exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre y que ante él se doblará toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor. ¿Le reconoces como lo que El verdaderamente es?
Un sacerdote amigo mío llamó a una diputada y le dijo: “Estoy preocupado por su alma porque esto que esta haciendo le costará una factura muy grande que le pasarán después allá arriba”. Estuvo hablando con ella con preocupación por su alma diciéndole que pagaremos conforme a nuestras obras; esta mujer le contestó: “Lo que estoy haciendo lo hago con toda la sinceridad de mi conciencia y mi conciencia no me está reprochando”. El sacerdote le dijo, “estás equivocada, cuando vayas arriba tendrás que enfrentarte al juez”, a lo que ella le contestó: “Entonces, cuando esté delante de él, tendré que explicarle al juez que yo no tuve ningún reproche en mi conciencia por lo que estaba haciendo”. No me la imagino discutiendo con Cristo. ¿Se acuerdan de Job? Un libro entero escribió quejándose contra Dios, “si yo estuviera con él le diría esto y lo otro”, pero al final Dios se le presenta, y con sólo verlo, Job exclama: “Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía… De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven”. (Job 42:3-5) ¿Quién es el soberbio que cree que se puede parar delante de Dios y argumentar como lo hacen delante de los hombres? ¡Nadie!
Cuando vean al cordero de Dios y al que está sentado en su trono, dirán a las montañas “caed sobre nosotros y libradnos de su ira.” Buscarán la muerte pero no la hallarán. Nadie podrá esconderse delante de la majestuosidad, la gloria, el poder y la magnificencia del Dios que ha creado todas las cosas. ¡Debes creer en Él! ¡No seas ridículo! ¡Siendo sólo un hombre no te creas que eres Dios! Y los más racionales y sabios de la tierra dicen: “Yo creo en el hombre”. ¡Tendrán que presentarse delante de Él! El apóstol Juan dice que cuando lo vio, cayó como muerto.
He venido en su nombre a decirte que tienes que arrepentirte de tus pensamientos, de tus pecados, de tu manera de ser y venir a él a encontrar vida, perdón de pecados y vida eterna. Puedes especular que es un invento, hace dos mil años que estamos predicando acerca de la segunda venida de Cristo y sucederá. ¡Nos sucede como a Noé! Noé construyó un arca en obediencia a Dios y sus vecinos se burlaban de él pero Noe había oído la voz de Dios y había entendido su mandato y sabía lo que hacía. Estaba haciendo un arca de 140 metros en un desierto y en un lugar donde nunca había llovido. Me imagino que le preguntarían a Noé: “¿De dónde saldrá agua para hacer flotar este aparato?” “No sé”, habrá respondido Noé, “pero Dios me dijo que lo haga”. Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán”.
Los creyentes a veces no predicamos el evangelio porque hemos perdido la visión acerca de quién es el que servimos: Servimos a aquel que está sentado a la diestra del Padre, el que tiene los ojos como de llamas de fuego y su voz es como un estruendo de muchas aguas, el que tiene el Espíritu de consejo de Jehová, el que resucitó de entre los muertos. Dice la Biblia que sobre aquellos que hemos creído en él, opera el mismo poder que operó en Jesús. ¿Quieres que ese poder y esa gracia habite en ti? Si no crees en Cristo, apúrate, y recibe la vida de Dios en tu vida.
¡Jesús es el que tiene que ser creído y amado, más que Artigas! Jesús prometió a la iglesia fiel que tendrá una puerta abierta la cual nadie puede cerrar. ¡Tengo el privilegio de servir a Dios, desde que abro mis ojos hasta que me acuesto! No lo hago en función de que me amen o no, gastaré mis fuerzas y mis días en servirle, no importa que esté cansado. ¡Voy a morir predicando el evangelio! ¿Amas a Dios o no le amas? ¿Él es el primero en tu vida? Uruguay será transformado por gente que tenga convicciones por Cristo y quien tenga convicciones estará dispuesto a entregar su sangre por Cristo. ¡Uruguay necesita pioneros, siervos de Dios que no estén preguntando cuánto van a ganar!
Si tus pecados no te han sido perdonados, es hora que le entregues tu corazón a Dios, repite esta oración:
“Padre celestial vengo delante de tu presencia a pedirte que perdones mis pecados. Yo me arrepiento, quiero pertenecer a tu reino; quiero salir del reino de las tinieblas y creo que lo hago ahora mientras estoy orando. Estoy creyendo y confesando que tu me perdonas, me bendices y me tomas en tus manos. Abro mi corazón y te pido Jesús que tomes dominio sobre mi vida; te entrego mi corazón, todo mi espíritu, mi alma y mi cuerpo te pertenecen. Renuncio al pecado y me declaro libre en el nombre bendito de Jesús, amén”.
ANEXOS: