SI RECIBES A UN NIÑO, A DIOS RECIBES

LOS MAGOS DE ORIENTE

En el libro de Mateo se relata la historia de los magos de oriente, historia que estamos recordando en esta semana. Dice la Biblia que vinieron de oriente siguiendo una estrella y se encontraron con Herodes, el rey de Judea. Muy inocentemente los magos le dijeron a éste que habían venido a adorar al príncipe que había nacido. “Hemos viajado hace muchos días para verlo. ¿Ud. sabe donde está?”, le preguntaron los magos a Herodes. “¡Espere que le averiguo!” Entones Herodes manda preguntar qué principe se espera en Israel y dónde tendría que nacer. Le contestan: “El que estamos esperando es el Mesías y va a nacer en Belén” Entonces Herodes les dice a los reyes magos: “¡Nacerá en Belén! Así que averigüen bien donde está y luego vuelvan a avisarme así yo también iré a adorarle”. Pero fueron advertidos de no regresar ya que Herodes pensaba que cualquier otro príncipe que existiera debía ser muerto pues él se consideraba el único rey. Entonces se volvieron por otro camino distinto del que habían venido y le ofrecieron a Jesús, oro incienso y mirra y le adoraron.

Cuando descubre Herodes que ha sido traicionado por estos reyes de oriente, averigua la región donde supuestamente había nacido este príncipe y manda matar a todos los niños nacidos hasta 2 años.

MATANZA DE NIÑOS POR RAZONES DE ESTADO

Estamos conmemorando ese tiempo en que vinieron los magos, pero lo triste de esta historia es que miles de niños fueron asesinados por razones de estado. Hoy hablaremos acerca de preservar o matar niños; este no es el único caso en que se mataron niños por razones de estado; el caso de Herodes es el deseo de un rey de no perder su linaje o supremacía por lo que manda matar todos los niños menores de 2 años de la región de Belén de Judea. Pero recordamos otros casos: Leamos Éxodo 1:16-17: “¹⁶Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. ¹⁷Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños”.

Los hebreos esclavos se habían multiplicado; el poder potencial de una nación aumenta en forma directamente proporcional al aumento de la población; los hebreos eran esclavos, pero estaban creciendo y se volvieron peligrosos. Entonces, la razón de estado era que el índice de natalidad de los hebreos era muy alto en tanto que el de los egipcios era muy bajo. Hay un paralelo impresionante con la realidad actual: En 1974 el Secretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger elevó al presidente de la nación un informe que decía que el problema de relaciones exteriores más grande que tenia EE.UU. era el crecimiento poblacional de los países pobres y que la solución a ese problema era que la población de los países pobres no creciera más; por eso implementaron toda una política a través de la O.N.U. que está presionando a las naciones, entre otras cosas a tener leyes de aborto. A su manera, los egipcios estaban matando a los niños porque era un peligro que los pobres crecieran y en la actualidad estamos matando a los niños por la misma razón.

En la historia hay muchísimos casos de matanzas de niños, como en algunas civilizaciones que directamente tiraban por un despeñadero a los niños que nacían con determinados defectos; no inclinar el corazón hacia la niñez es matar la niñez y matar la sociedad. Hay dos maneras de matar la niñez: Una, es matar por medio de aborto y la otra, es matar el alma.

EL PROBLEMA ESTÁ EN LA NIÑEZ

Tuvimos una reunión con el Director Nacional de Cárceles quien nos dijo: “Estas personas que están presas aquí, no han recibido formación moral, no tienen principios morales, éticos, no tienen valores, nadie les enseñó absolutamente nada. Lo que sucede es que el Estado es sumamente laico y por lo tanto, no enseña valores morales, pero nos hemos olvidado que pertenecemos a una civilización occidental y cristiana que ha sido edificada sobre valores cristianos”. ¿Saben qué? Los países más avanzados del mundo llegaron a un alto grado de desarrollo porque se fundaron en principios bíblicos, por eso se dice que pertenecen a la “civilización occidental y cristiana”. Continuó diciéndonos el Director Nacional de Cárceles: “Estamos perdiendo esos valores porque nuestra sociedad no enseña valores morales: No lo enseña ni la primaria, ni la secundaria, ni la universidad, el único lugar donde tradicionalmente se enseñaban valores morales era en la familia, pero ahora la familia está disuelta y los que caen presos son hijos de madres prostitutas, padres violentos, alcohólicos, drogadictos, etc; en el hogar tampoco han recibido ninguna formación y entonces, ustedes las instituciones religiosas son las únicas capaces de inculcarles valores morales”. Prácticamente nos dijo que estaba en manos nuestras, que las personas cambiaran y consideraba que había un porcentaje de personas fácilmente recuperables, otras difícilmente recuperables y otras irrecuperables pero dejó entrever que la única manera que cambiaran las personas, era recibiendo formación moral. ¡Qué tremendo lo que nos ha dicho el Director Nacional de Cárceles! Y tiene decidido construir una capilla ecuménica en el Complejo Carcelario COMCAR. El origen del problema, ¿donde está? En la niñez.

PRESERVAR A LOS NIÑOS ES NUESTRO DEBER

Preservar la vida de los niños es un deber de la iglesia, es el deber de los que temen a Dios. Quien no teme a Dios, no tiene mayor problema en matar niños y piensa de la siguiente forma: “¿Para qué vamos a traer niños al mundo que no son amados ni deseados? Tenemos que preparar a la sociedad para la paternidad responsable, que significa: Si Ud. lo desea, tráigalo, si no lo desea, mátelo, sea responsable; no traiga un niño no deseado al mundo, es preferible que lo mate”. Pero hoy les quiero hablar de la muerte del alma, el desprecio por la vida de los niños. Porque hay algunos que los desprecian y los matan, pero otros los desprecian y se lo hacen saber todos los días de su vida. Aunque no se mate el cuerpo, uno puede matar la vida del alma a una persona y esto es triste para toda la sociedad que se está autocastigando, porque cuando un niño no es valorado, éste se convierte en un problema para sí mismo y para la sociedad. El valor que más necesita la sociedad es el amor. Pero, ¿en qué escuela se enseña el amor? ¡En ninguna! La única institución que enseña el amor es la iglesia, pero no es poca cosa, es lo más importante. ¡El ingrediente que estamos olvidando, es el que le da valor a la gente! Si tu te sientes amado, te sientes valorado, pero si no te sientes amado, te sientes desvalorizado, despreciado; las personas se sienten apreciadas en tanto que son amadas y se sienten despreciadas, en tanto que no son amadas y como el Estado y la sociedad no promueven el amor, la sociedad se siente despreciada y desvalorizada y asume un complejo de inferioridad: “¡Estos argentinos que se creen! ¡Estos americanos también de qué la van…!” ¿Por qué se siente despreciado el uruguayo? Porque se ha despreciado a sí mismo, porque no se ha sembrado el amor en esta sociedad. Es una cuestión de precio. “Apreciar” es ponerle un mayor precio a la persona.

Una de las cosas que me motiva es el amor de mis hijas y de mi esposa, me hace sentir “Tarzán”, me siento valorado. Recuerdo una ocasión en que mi hija me dijo, ella se lo olvidó pero yo lo recuerdo: “Papi, eres tan especial”. Eso fue lo único que me dijo, pero caló hondo en mi corazón, porque el hecho de sentirte amado, te da valor y fuerzas. Cuantas mujeres, cuando se dan cuenta que sus esposos no las aman, se quieren morir, lo mismo les sucede a los hombres cuando no se sienten amados por sus esposas. ¿Por qué es gris Uruguay? ¡Porque le falta amor! La única institución que predica el valor más importante que se le puede dar a una persona es la iglesia, y ese valor es el amor de Dios, no cualquier amor. Qué triste que es la vida de un niño al que ni su padre ni su madre le han pasado importancia y lo ha desvalorizado toda la vida. El problema de un niño no es tanto la escasez sino la falta de amor. Si una sociedad no se vuelca a los niños es una sociedad despiadada, de nada le sirve a la sociedad que sea la dueña del dulce de leche ni de Gardel, no importa la cultura que tenga, si no existen valores no hay sociedad. Qué bien ubicado que está el Director Nacional de Cárceles, él dijo: “Estas personas no van a cambiar si no aprenden otra forma de vida y no van a recibir nada porque nosotros no le damos nada ni sus familias le han dado nada, por eso los necesitamos a ustedes porque ustedes predican formas de vida superior”. El amor, la misericordia, la paciencia, tantas cosas lindas que tiene la Biblia que se predican en la iglesia de Cristo, porque para Dios no es tan importante ni Carlos Gardel ni la universidad, sino el amor y la fe. ¿Adónde va una persona sin fe? Como no tiene fe (visión) se queda en su casa a tomar mate. ¡Está esperanzado en la visión de otro, esperando que le “caiga” un trabajo del cielo!

No hay otra institución que le dé al país lo que la iglesia le puede dar. Los niños deben ser salvados, salvando los niños salvamos la sociedad.

CONCLUSIÓN

Quiero concluir con un pasaje de la Biblia que está en Marcos 9:37: “El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió”. En otras palabras, está diciendo que quien recibe a un niño recibe a Dios mismo. Ponte a pensar cuántas veces te rechazaron cuando eras un niño, y aun, cuántas veces tú rechazaste un niño: ¡A Dios rechazaron! ¡A Dios rechazaste!

Es momento que te arrepientas y pidas perdón a Dios por tus pecados. No seas como Herodes, como Faraón, que mataron a los niños, sé como esos magos del oriente, que fueron sensibles a la voz de Dios, y buscaron el principe que nació en Belén, le hallaron y le adoraron. Quizás no tengas oro, ni incienso ni mirra como los magos, pero el mejor regalo que le puedes traer a Jesús, es tu vida. ¡Hoy él quiere nacer en tu corazón!

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