DIOS TE ACONSEJA POR TU CONCIENCIA - Misión Vida para las Naciones

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo

WhatsApp:(+598) 095333330

MENSAJES DEL CIELO

DIOS TE ACONSEJA POR TU CONCIENCIA

La conciencia es algo que Dios ha puesto de su misma naturaleza en nosotros para que, aunque no conozcamos la ley de Dios, sin embargo sepamos sobre la moral de Dios, sobre lo que está bien y lo que está mal. Desde que somos muy pero muy pequeños, aprendemos a tapar y a esconder cosas que hacemos. ¿Quién no pasó por la experiencia de querer hacer un fuego cuando era chiquitito? ¿Y cuántas veces tuviste que correr para tapar o esconder el fuego que hiciste? ¿Por qué lo tapaste y escondiste? ¿Quién te enseñó que estaba mal? Había algo dentro que te decía: “Esto que hiciste está mal”. Desde niños tenemos una conciencia que Dios ha puesto en nosotros.

Las cosas que hacemos mal, las hacemos a escondidas. ¡Nadie hace las cosas malas a la luz de todos! ¿Te imaginas un marido diciéndole a su esposa: “Hola querida, acabo de venir de acostarme con otra”? ¿Por qué le miente y por qué le esconde? ¡Porque tiene una conciencia que le dice que lo que ha hecho está mal! El hecho de que los malvados hagan las cosas malas en oculto, mintiendo, engañando y tapando, los delata que realmente ellos entienden y saben que lo que están haciendo está mal.

Así que la conciencia trabaja dentro de nosotros desde que somos muy pequeños. Ahora, hay personas que son temerosas de la conciencia y obedecen sus dictámenes y hay otras que cauterizan o tapan la conciencia diciendo: “Yo sé que esto está mal, lo voy a hacer en oculto”. ¡Esa es la diferencia! Que hay algunos que hacen uso de su conciencia y otros que la tapan o cauterizan.

 LA CONCIENCIA ENCAMINA TUS PASOS

El Salmo 16:7 dice: “Bendeciré a Jehová que me aconseja; aún en las noches me enseña mi conciencia”. ¿Cómo me aconseja? Ha puesto dentro de mí la conciencia. Aún de noche mi conciencia me enseña.

La conciencia es un estado de lucidez del alma. Hay algo dentro de nuestra alma que se llama memoria. Dentro de la memoria hay dos compartimentos: El consciente y el inconsciente; algunos son más inconscientes que conscientes y hay otros que son más conscientes que inconscientes. El consciente tiene que ver con la conciencia, tiene que ver con ese grado de lucidez inmediata que uno tiene para tomar decisiones. Nosotros, de alguna manera hemos recibido de Dios algo que está en nuestro consciente que inmediatamente reacciona porque tiene conciencia que lo que está haciendo está bien o está mal. El Apóstol Pablo dice que hay personas que aunque nunca hayan conocido el Evangelio y la Palabra de Dios, su propia conciencia les reprende y les encamina y su propia conciencia es ley para ellos y ella da testimonio a favor de ellos o en contra de ellos. Imagínense la conciencia dentro de ustedes diciendo: “¡No lo hagas, no lo hagas!” Y ustedes diciendo: “Sí, lo voy a hacer y lo voy a tapar” ¡Tu propia conciencia se levantará contra ti en el día del juicio! Dios le preguntará a tu conciencia: “¿Tú le advertiste que eso estaba mal?” Y la conciencia dirá: “¡Claro, yo hice tal cual tú me dijiste! Yo le indiqué, le prendí un semáforo en rojo en su interior pero no me quiso hacer caso…” ¿Tu me entiendes?

Hay algo en nuestro interior que es como la caja negra de los aviones y que no puede ser violado. El diablo puede hacer muchas cosas con nosotros pero lo que no puede hacer es cambiar nuestra conciencia; nosotros podemos acallar la conciencia, podemos taparla, gritarle, cauterizarla, pero ella estará amordazada y te va a seguir indicando lo que está bien y lo que está mal. Entonces, es muy importante que seamos conscientes de nuestra conciencia; Dios quiere que la guardemos, la cuidemos y que le hagamos caso. La conciencia no la puso Satanás, la puso Dios. “…aún en las noches me enseña mi conciencia”.

Veamos Hechos 24:16: Por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres”. Aquí el Apóstol Pablo está diciendo: Procuro tener una conciencia sin ofensa, es decir, no quiero tener una conciencia ofendida, atropellada delante de Dios y delante de los hombres. Eso quiere decir que nosotros podemos hacer algo para que nuestra conciencia no sea tapada o atropellada. ¿Quieres agradar a Dios? Una de las cosas que tenemos que guardar es nuestra conciencia, Dios la ha puesto como un elemento que nos va a guiar para hacer su voluntad. No es lo único que Dios ha puesto, por supuesto que tenemos la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es perfecta, pero también es como la conciencia. Algunos le hacen caso y otros no. Algunos tratan de acallar la voz de la palabra de Dios, algunos tratan de tapar la voz de la Palabra de Dios que trabaja como nuestra conciencia tratando de indicarnos cuál es el camino, cuál es la voluntad de Dios.

El Apóstol Pablo procuraba tener una conciencia sin mancha delante de Dios, una conciencia no contaminada. Sin embargo, la primera carta a los Corintios nos enseña que nuestra conciencia puede ser contaminada. “Pero no en todos hay este conocimiento; pues algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina” 1ª Corintios 8:7.

Cuando uno comienza a hacer cosas que a Dios no le gusta, su conciencia se debilita y luego de debilitarse, se contamina. ¿Qué es algo contaminado? Es algo sucio, manchado, corrompido. Algo corrompido es algo que no sirve, algo que se corrompió ya no es digno de confianza. Dios ha puesto esto precioso que es la conciencia y Él nos quiere con un grado de lucidez tal, que tengamos una capacidad inmediata y ágil de tomar decisiones. El tener una conciencia despierta supone determinado grado de agilidad mental, determinado grado de lucidez mental, y eso a Dios le encanta porque nos quiere inteligentes y lúcidos.

Dios ha puesto algo precioso en nosotros que es el libre albedrío para que tomemos decisiones por nuestra propia cuenta y no solamente eso sino que el deseo de Dios es que tengamos lucidez para que esas decisiones sean buenas y correctas. Dios podría doblegarte y hacerte saltar como una rana, pero El no lo hace porque te ha hecho libre. Dios podría poner un decreto dentro de ti que diga: “Me tienes que amar te guste o no te guste”, y le amarías, serias su robot. ¡Pero Él te ha hecho libre! ¡Dios no te quiere atar! Por eso quiere que le ames de corazón, de verdad y libremente. ¿Por qué le amo? El no me obligó a amarle, Él me ha cautivado, me ha enamorado. Le amo porque es precioso, porque es bendito, porque es eterno, porque me sale de adentro amarle. ¡Y eso sí le gusta a Dios!

DIOS TE HA DADO DOMINIO PROPIO

Hay ciertas prácticas, por ejemplo el péndulo y el hipnotismo que se usan para cautivar la voluntad de las personas. El hipnotismo es un método para hacerles perder a las personas el estado consciente y en ese estado de inconsciencia, tu voluntad y tu libre albedrío son manipulados. Dice la Biblia que cuando Dios pone sobre nosotros su Espíritu, pone sobre nosotros un espíritu de amor, de poder y de dominio propio. Dominio propio significa control de tu vida. Dios quiere que yo tenga control de mis decisiones, de mis acciones y mis emociones. Dios quiere que yo tenga control de mis pensamientos, de mis razonamientos porque de ese modo valgo mucho. Cuando tú no tienes dominio y control de tu vida, algún poder espiritual de maldad vendrá a ejercer autoridad sobre tu mente y sobre tus emociones. Muchos me tienen miedo sin conocerme, no tienen ningún motivo para ello, pero hay algunos espíritus que me tienen temor porque me conocen y no se quieren acercar a mí. Entonces, hay algunos espíritus de temor que influyen en la mente, en las emociones de determinadas personas y le hacen sentir el temor que ellos tienen hacia mí. Los demonios quieren poner sus pensamientos en tus pensamientos, quieren poner sus emociones en tus emociones, quieren dominarte, ellos no tienen cuerpo pero necesitan un cuerpo para expresarse en el mundo visible, en el mundo material. ¡Los espíritus de las tinieblas quieren dominar tus emociones y tus pensamientos! Así actúa el diablo. Y Dios dice: “Yo nunca te  voy a  influenciar a menos que tú me ames con todo tu corazón y tu desees que tus pensamientos sean mis  pensamientos”.

Entonces los espíritus de las tinieblas están buscando ese momento de falta de lucidez, ese momento de falta de dominio propio, para entrar en tu vida. Un marido está lúcido y le dice a la mujer que la quiere y la ama y le pide perdón por haberse emborrachado. Sin embargo, se emborracha nuevamente, la golpea de nuevo, porque cuando está borracho pierde su estado de lucidez, pierde su dominio propio, entrega su libre albedrío y algún poder inmundo obra violentamente sobre su vida. Cuando se le va el estado de alcoholismo y vuelve a la lucidez, llora por lo que ha hecho. Es en los estados de falta de lucidez que tu conciencia queda contaminada o queda corrompida y no puede ejercer esa función de semáforo en rojo dentro de tu vida.

Dice la Biblia que Dios ha puesto sobre nosotros un espíritu de amor, de poder y de dominio propio. ¡A mí no me domina un cigarrillo, yo lo domino a él, a mi no me domina una copa de vino, yo la domino a ella, a mi no me dominan las emociones, yo domino a las emociones! ¡A mi no me dominan los pensamientos, yo los domino a ellos! Algunos me dicen: “Y qué quiere que le haga Pastor, yo no quería pensar eso pero vino solo…” ¡Dios no te ha  hecho para que un pensamiento venga y se posesione de ti! ¡Dios te ha dado dominio propio! ¿Cuántos quisieran tener esa lucidez? Una lucidez tal que tu veas a una chica y sepas que esa es la compañera de tu vida. ¿O quieres ese otro estado de lucidez en el que vas probando una por una? ¡Lucidez, mente fresca, capacidad de tomar decisiones! ¿Cuántos quieren eso?

 UNA CONCIENCIA ALTERADA

Cuando tú entras en ese estado de conciencia alterada, significa que estás perdiendo tu capacidad de tomar decisiones conforme a la ley de Dios que es el libre albedrío y un funcionamiento correcto de tu conciencia y comienza a funcionar la conciencia del demonio. Muchas prácticas producen el mismo efecto que yo le llamaría de “conciencia alterada”. Por ejemplo el estar constantemente tomando pastillas que te impiden hacer las tareas de tu casa, que te impiden atender a tus hijos, que te impiden recibir a tu esposo con amor. Yo no voy a discutir el efecto positivo o negativo que puedan tener en determinado momento médicamente hablando, porque a veces es necesario bajar las revoluciones de ansiedad a algunas personas pero eso de vivir dopado, está mal. No pienses que tomarás buenas decisiones en tu vida si vives dopado. El que anda dopado en cualquier momento toma cualquier decisión o cualquiera le hace tomar una decisión errónea para su vida.

Qué triste que se pone Dios quien habiéndote hecho a su imagen y semejanza ve que un demonio toma decisiones por ti. Entonces prácticas de alcoholismo, prácticas de drogadicción, prácticas de pastillas, producen más o menos la misma cosa, que es la falta de lucidez, dando por tierra con tu libre albedrío y con tu capacidad de tomar decisiones conscientes. Y la gente todavía toma como excusa y dice: “Lo que pasa que yo no era consciente, yo no me di cuenta”. ¡Dios te hizo para que estuvieras con las pilas puestas  siempre! “Lo hice en un momento de debilidad”, dicen otros. Pero tú no puedes mandarte una barbaridad y excusarte detrás de un razonamiento que dice que tú eres un tonto, un estúpido o que te obligó tu suegra. ¿Quién manda en tu vida? ¿Tu suegra, tu hermano? El espíritu que Dios pone sobre tu  vida es un espíritu de amor, de poder y de dominio propio. ¡Tú debes saber tomar decisiones delante de Dios! ¡Te ha dado una conciencia y tienes que responder delante de Dios por las cosas que has hecho y las decisiones que has tomado! De lo contrario, el día que te presentes delante de Dios dirás: “Dios, espera, ¡suegra! ¿Verdad que fue culpa suya? ¿Se acuerda que usted me hizo caer y tomar una mala decisión? ¡No! ¡No será así!

CONCLUSIÓN

Dios quiere darte una conciencia limpia hoy, una conciencia no contaminada. Hay un método de meditación que es buenísimo, ese sí que te lo recomiendo y es venir delante de Dios diciendo: “Padre, hoy vengo delante de ti y te entrego mis cargas”. Él dijo: “Vengan a mí todos los que estén trabajados y cargados que yo los haré descansar”. El apóstol Pablo  decía: “Por nada estéis afanosos sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios con acción de gracias y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestro corazón y vuestro pensamiento en Cristo Jesús”. Ese tipo de  meditación es buenísima porque tu no estás entregando tu libre albedrío sino que vas delante de Dios y le presentas tus preocupaciones, tus problemas, no meditas en que eres un punto, ni una mariposa, ni un perro ni un gato, sino que meditas en su palabra. ¡Ese sí que es un método bueno!

¡Dios quiere hacerte libre ahora! Dios no te ha hecho para que un demonio maneje tu mente, para que un demonio maneje tu voluntad y tus emociones. Es necesario que ahora le pidas perdón a Dios si en algún momento te has prestado a alguna de estas prácticas, o si crees que algunas de estas prácticas todavía están afectando tu vida y tus decisiones. Puede ser que aún la ansiedad y el afán persisten en tu vida, puede ser que la angustia todavía persiste en tu vida. Cosas que entraron en algún momento y tú no las debiste dejar entrar: Amargura, odio, esas cosas entran cuando uno está descuidado. Cuando uno está lúcido no puede dejar entrar el odio, el rencor. ¡Cuando uno está lúcido deja entrar el amor de Dios, el espíritu perdonador!

Si en algún momento dejaste entrar el temor en tu vida, la ansiedad, si todavía te domina el cigarrillo, si todavía te domina el alcohol o cualquiera de esas cosas, es momento que le pidas a Dios que corte toda maldición.

Padre querido, te pido que muevas tu mano y rompas toda atadura de maldición en las vidas de aquellos que lo necesitan. Declaro libertad, declaro que tú has venido a librar a los cautivos. ¡Declaro que los pensamientos que te dominaban no te  van a dominar más! ¡Cree ahora! El Espíritu Santo ya te está tocando. ¡Dios te está tocando! ¡Abre tu corazón! En el nombre de Jesús, hago esta oración, amén”.

MENSAJES

MISIÓN

VIDA

PARA LAS NACIONES

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo, Uruguay

WhatsApp: (+598) 095 333 330

email: info@misionvida.org

twitter: misionvidauy

facebook: iglesiamisionvida

Diseño: VerakaWeb