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Exodo 14:16: “Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco”. ¡Qué idea loca! ¿A quién se le podría haber ocurrido? ¡Sólo a Dios! Hoy hablaremos de ideas locas. Moisés estaba orando y clamando frente al mar Rojo: “¿Qué hacemos Dios?” ¿Se te hubiera ocurrido a ti abrir el mar Rojo? ¡Hay que tener buenas ideas para obtener buenos resultados! Recuerdo una vez en que estaba en el servicio militar… estuvimos toda una mañana parados y se me ocurrió pedir permiso para tomar agua. “Soldado Márquez”, me contestó el sargento, “suba a ese árbol a tomar agua”. Imagínate la situación que estaba atravesando Moisés. Todo el pueblo comenzó a enojarse con él: “Nos has sacado de Egipto para que muramos en el desierto”. Pero observen la contestación de Moisés en el versículo 13: “…No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. 14Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos”. Terminó de hablar con el pueblo de Israel y comenzó a clamar a Dios: “Dios, ¿qué harás?” Dios le responde: “…Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 16Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo,…”(Exodo 14:15-16) Me imagino a Moisés diciendo: “¿Cómo lo hago?” Sólo a Dios se le pudo ocurrir abrir el mar Rojo. ¡Qué idea genial! Ideas grandes producen resultados grandes.
Me imagino el pueblo de Israel a los gritos y a los insultos en medio del desierto, protestando porque no tenían agua… y Dios diciendo: “¿Y si sacamos agua de la roca?” ¡Ese es el Dios que tenemos! Un Dios de ideas geniales.
El ácido acetil salicílico s una sustancia que se utiliza desde hace muchísimo tiempo y que está debajo de la corteza del sauce. ¿Alguna vez te has sentado debajo de un sauce? ¿No se te dio por masticar una ramita? ¡De allí se saca la aspirina! ¿Quién se iba a imaginar que se podría sacar aspirina debajo de un sauce? ¡Dios es un genio! La aspirina se usa para un amplio espectro de enfermedades. Nosotros queremos producir caracoles porque se consume en diversos lugares de Europa y surgió alguien que nos ofreció darnos caracoles de a mil kilos, que se sacan de los cascos de los barcos. Yo me dije: “Pensar que los tiran… ¿no habrá algún beneficio en esos caracoles?” Porque si una persona descubrió algo debajo de la corteza del sauce, si yo descubriera algo en el caracol del casco de los barcos, ¡me lleno de dinero como Bayer! Esos caracoles los tienen que sacar del casco de los barcos, porque se crían allí, y los tiran. Lamentablemente esos caracoles no se comen, los regalan… porque están muertos… ¡En algún lugar hay una buena idea para ti! En el lugar donde menos esperas, hay algo increíble para ti.
Recientemente estuve leyendo una noticia impactante: Se ha descubierto una bacteria que vive y se reproduce a 121 grados de temperatura, ¡en el agua hirviendo! Hasta hoy creíamos que hirviendo los líquidos, se morían las bacterias, pero con este descubrimiento, esta creencia ya no corre… ¡Hay una bacterias que vive a 121 grados de temperatura! Tendríamos que decirle a Pasteur que no nos salvó de las bacterias. Asimismo, hasta hace un tiempo se decía: “Si no hay oxigeno, no hay vida”. Pero se han descubierto los organismos anaeróbicos, que van en contra de esta afirmación, y son aquellos que se multiplican en ausencia de aire, en contraposición a los organismos aeróbicos, que lo hacen en presencia de aire. ¡Dios tiene ideas maravillosas!
Presten atención a este informe del ácido acetil salicílico[1]: “En la corteza de sauce se encuentra el origen del ácido salicílico: una sustancia denominada salicilina. Muy posiblemente, otras civilizaciones (Mesopotamia, Egipto, China) ya habían usado de forma empírica remedios muy similares al empleado por Hipócrates”. ¿Saben quien fue Hipócrates? El padre de la medicina; él ya usaba la corteza del sauce para quitarle dolores a la gente. Sigamos con el informe: “En el año 1763, Edward Stone, un reverendo británico, presenta un estudio en el que demuestra que la corteza de sauce tiene efectos antipiréticos, es decir, que funcionaba como remedio para combatir la fiebre. Se basaba en su experiencia en decenas de casos. Según sus propias palabras había encontrado «un poderoso astringente muy eficaz en la cura de la calentura y de la fiebre intermitente». En 1853, un químico francés: Charles Frederic Cerhardt, ya había conseguido acetilar el ácido salicílico obteniendo el ácido acetil salicílico, sólo que en aquella ocasión el descubrimiento pasó desapercibido”. En el año 1853 una persona logró sintetizar ese ácido, pero parece que a nadie le importó, ni siquiera a él mismo. Pero en el año 1899 Bayer produce la aspirina. ¡Una idea fantástica! Se le ocurre hacer una pildorita blanca; “Según datos extraídos de la propia web de la multinacional Química Farmacéutica Bayer, S. A., en todo el mundo se consumen 216 millones de unidades de Aspirina en un solo día. Otro dato interesante es que nos dan son que en España se usaron 635 millones de unidades en el año 1999 o que los ciudadanos de los Estados Unidos se gastan 2.000 millones de dólares cada año en dicho medicamento. Su presencia a lo largo y ancho del mundo es tan patente que se ha visto reflejada en el popular Libro Guiness de los Récords. Con más de 100 años a sus espaldas la aspirina sigue en forma. Las cifras mencionadas son una buena prueba de ello. Otra prueba son los estudios que nos hablan de nuevas bondades de este producto: por ejemplo como preventivo de problemas coronarios o en la lucha contra el cáncer de colon. Esto hay que añadirlo a sus tres virtudes más conocidas: analgésico (combate el dolor), antipirético (baja la fiebre) y antiinflamatorio (eficaz contra la inflamación). A pesar del tiempo transcurrido una pequeña pastilla sigue haciendo sombra a los asombrosos avances por los que transita la ciencia hoy en día”.
Hay ideas geniales; estas pueden ser grandes o chicas y de ellas dependen los resultados. ¡Clamo a Dios por ideas! ¡Necesitamos ideas para que nos vaya bien! “No pueden llegar a grande los que piensan pequeño”.
Me tiene sorprendido un cristiano que habiéndose fundido su fábrica de zapatos, para poder subsistir, su esposa comenzó a hacer alfajores en la cocina de su casa. Hoy, después de tres años abastece 200 estaciones de servicio y asimismo almacenes y autoservicios. ¡Tienes que hacer algo nuevo! ¡Hay ideas geniales!
Hay cuatro formas a través de las cuales recibimos ideas: Primeramente, el hombre induce ideas a partir de las ideas de otros hombres; a veces hablamos con alguien y se nos ocurren ideas. Segundo, hay ideas que provienen de la observación de determinadas sustancias o determinados fenómenos. Hay quienes no prestan atención a nada y hay otros que si… “Qué será este bichito?”, se preguntan, y ya se traen la lupa para estudiarlo. Tercero, hay ideas que provienen del mismísimo infierno y por último, hay una categoría de ideas que provienen de Dios. El que mejores ideas tenga, mejores probabilidades tiene de llegar a algo grande. EL Sr. Gillette se dijo: “Lo mejor es inventar un producto descartable”; durante años, los hombres se afeitaron con la navaja, pero Gillette inventó un producto que desplazó a la navaja. ¡Nadie pretende hoy en día tener una navaja que le dure cien años! Tan efectivo fue su producto que también comenzaron a usarlo las mujeres. ¡Hay ideas que son geniales! ““Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo,…” le dijo Dios a Moisés. Sólo a Dios se le ocurren ideas locas, más aún que las de Gillette y la aspirina. Dime con quien andas, y te diré quién eres; dime con quién te juntas y te diré de quién son tus ideas. Cuando tú tienes una idea divina, trasciendes el límite de lo natural y entras en la dimensión de lo imposible. Es posible salir de la dimensión humana, material, de las ideas chicas y entrar en la dimensión de las ideas de Dios. ¡Esto también es una idea loca de Dios! El otro día estaba orando por un hermano de Colombia, y me dije: “¡Estoy tocando tierra de Colombia!” Pues Dios dijo que éramos del polvo y al polvo volveríamos. Y es tan literal esa idea, que ese hermano está formado con la sustancia de las vacas y de las lechugas de Colombia. ¡Es pura tierra colombiana! ¡Qué ideas que tiene Dios! Por eso el rey David decía: “¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.” (Salmo 92:5).
Necesitamos tener ideas de Dios. Tú que no sabes cómo hacer para prosperar, para sanarte, para llevarte bien con tus hijos, con tu marido, tú que no sabes cómo hacer para que tu vida tenga más sentido, Dios tiene planes e ideas tremendas para ti. Necesitamos conocer más a Dios y necesitamos conocer sus pensamientos. “8Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9) ¿A dónde quieres llegar? Algunos se creen humildes y se conforman con una casita de dos dormitorios, una esposa, dos hijos y un auto. ¡Tienes un Dios que hace obras maravillosas todo el día y tú quieres ser sólo un gil! Dios ha querido tomar ese polvo que eres y hacerlo trascender por la eternidad. Mira tu cuerpo, Dios ha hecho de él una maravilla, pero una vez muerto, se transforma en polvo y se lo comen los gusanos. Mientras Dios le da vida al cuerpo, es una máquina maravillosa, el hombre no ha inventado una máquina tan perfecta como el cuerpo humano, no hay computadora que la iguale. Dios ha querido tomar eso que es solo una vasija de barro y quiere poner en ella su gloria y su poder de modo que esa vida intrascendente se transforme en una vida trascendente.
Sólo necesitas dos cosas: Ideas divinas y fe. Jesús dijo: “…al que cree todo le es posibles” (Marcos 9:23) Si no crees, terminas en el infierno, pero si crees, estarás rodeado de ángeles por la eternidad. Pareciera que los cristianos reciben fe sólo para recibir la salvación, ser buenos e ir al cielo. Pero de los valientes es el reino de los cielos. La fe acaricia y lleva a cabo las más grandes ideas de Dios en la tierra. Lázaro resucitó, Moisés golpeó la roca y de ella salió agua. Dios puede y quiere hacer grandes cosas contigo. Si puedes creer, Jesús te dice: “Al que cree, todas las cosas le son posibles”. Hoy les he presentado ideas que parecen humanas, pero creo que la aspirina y el avión, no fueron ideas humanas sino divinas. ¡Todo esto proviene de la fe! Dios pone en el corazón del hombre, ideas locas. No puedes seguir viviendo una vida chata, habiendo tantas maravillas creadas por Dios a tu alrededor y habiendo tantas cosas maravillosas que Dios quiere hacer contigo. Pobres de los soberbios y los agnósticos que se niegan a creer en este Dios formidable. Pobres aquellos que haciendo uso de sus conocimientos se suben más alto que Dios, cuando él ya es el Altísimo. Hoy es día de creerle a Dios, ahora es el momento de comenzar una vida trascendente. Pero para ello, primero es necesario que le entregues tu vida a Dios. Nada puede hacer él en tu vida si tú no se lo permites. Entrégale tu vida a él, pídele que limpie tus pecados y transforme tu vida. Si estás dispuesto, haz esta oración ahora mismo:
“Señor, no quiero vivir una vida chata, como cualquier otro ser humano, quiero vivir una vida trascendente. ¡Manifiesta tu gloria sobre mi vida! Señor, no quiero vivir enfermo cuando hay promesas de sanidad, no quiero vivir pobre cuando hay promesas de riquezas, no quiero vivir intrascendente cuando hay promesas de trascendencia, no quiero vivir débil cuando hay promesas de fortaleza. No sólo quiero ser bueno, ¡quiero ser trascendente y hacer tus obras! Señor, limpia mi vida, sana mi corazón, quiero conocerte, quiero conocer tus ideas y tus planes. Quiero que tu Espíritu habite en mi, no otro espíritu sino el tuyo. Pon en mi corazón tus planes, soy tu hijo, creado para ti, lo creo y lo confieso, en el nombre de Jesús, amén”.
[1] Extraído de www.todo-ciencia.com
ANEXOS: